

La producción de vino en Chile no solo es una de las actividades económicas del país que aporta grandes beneficios a la economía nacional, sino que representa parte del patrimonio cultural de esta nación por el que millones de chilenos se sienten orgullosos, y cómo no estarlo cuando la demanda extranjera la reconoce mundialmente como uno de los mejores productos de calidad junto a vinos de países como Argentina y España.
La tradición agrícola en Chile siempre ha demostrado que históricamente ha estado hondamente relacionada con la producción de vinos de diferentes tipos. Los tiempos han cambiado y con los avances tecnológicos la industria de los campos de uvas ha desarrollado mejores capacidades para la importación y exportación, liderando el mercado mundial.
Desde hace muchos siglos atrás, los valles de los territorios chilenos encerraban en sus tierras una serie de secretos para que la esencia de sus vinos permaneciese con un encanto que sólo los hombres de campo conocían. La tradición aún se mantiene vigente e incluso algunas bodegas antiguas de vino han sobrevivido al paso de los años.
Pero si hablamos de rutas vitivinícolas entonces tenemos que hacer una mención especial a toda la V región chilena, la misma que está conformada por los valles de Casablanca, San Antonio y Aconcagua, donde podemos encontrar viñas gigantescas con la elaboración del mejor vino de toda la región, un verdadero placer para quien se anime a hacer un recorrido por cualquiera de estos destinos. En total estamos hablando de más de veinte viñas, cada una con una particularidad especial, métodos de elaboración, esencias, aromas y sabores mágicos.
Foto imagen por Helga´s Lobster Stew